¿Transformará el el Coronavirus COVID-19 la Industria Inmobiliaria?

Estamos frente a una coyuntura mundial: bolsas colapsadas, cierre de fronteras, desaceleración del comercio internacional, devaluación de las monedas locales, entre otros síntomas que nos generan incertidumbre no solo como empresarios del negocio inmobiliario, sino como personas, ya que esta pandemia del COVID-19 ha llegado a replantear nuestro modo de vivir y de gestionar nuestras empresas.

Hace unas semanas, en Colombia y en general en Latinoamérica, observábamos pasivamente las noticias donde inicialmente un virus se propagaba en China y sus países vecinos, luego a Europa donde la falta de planes de choque está colapsando no solo la economía, sino los sistemas de salud a nivel mundial, donde al día de hoy 21 de marzo, hay 173 países con casos confirmados, contabilizando más de 270.000 personas afectadas y una cifra de fallecidos cercana a las 11.300 personas. En Colombia, según el Ministerio de Salud los casos llegan a 196 y la tendencia indica que sigue en aumento, de allí las medidas que tomó el Gobierno de cuarentena obligatoria en el territorio nacional.

La falta de preparación de países con economías emergentes y dependientes de la inversión extranjera, se notó al no tomar las medidas preventivas a tiempo, con el fin de minimizar los impactos económicos y clínicos que hoy estamos sintiendo. Es allí donde debemos revisar en nuestro negocio inmobiliario como afrontar esta crisis, que oportunidades y desafíos tendremos bajo este nuevo escenario.

Un reporte del portal especializado centroamericano Inversión Inmobiliaria, nos da a conocer un punto de vista que aún es complejo de medir en cuanto al impacto real de toda esta crisis. Si bien es cierto muchas industrias como el turismo son las principales afectadas, los efectos en el negocio inmobiliario están a la orden del día en regímenes especiales como las zonas francas, importantes generadores de espacios inmobiliarios y con un gran aporte al empleo. Así como el comercio tipo retail donde grandes superficies comerciales han cerrado sus puertas, algunos de manera preventiva y otros solo hasta cuando los dispusieron las autoridades.

Ha surgido la tendencia del trabajo remoto y el aprovechamiento de las herramientas digitales, pero no todas las empresas inmobiliarias de cara al cliente han acatado la decisión para para proteger a sus colaboradores y clientes. Han tomado decisiones preventivas como el uso de implementos de limpieza y modificado sus horarios, pero el fondo de todo este asunto es: ¿será que este es el momento de la transformación digital para las compañías inmobiliarias? ¿cómo podremos priorizar en el cuidado y la prevención de las personas pero que nuestros negocios sigan siendo competitivos y rentables? Ha llegado la hora de transformarnos, del aprovechamiento tecnológico, en darle paso al proptech, de replantear nuestro modelo de negocio en este momento coyuntural cuando seguramente en unos meses haya menos oportunidades laborales, menor crecimiento y el dinero debe volver a circular entre las personas para que se reactive la economía.

Seguramente el cliente inmobiliario cambiará su forma de búsqueda, la asesoría presencial se reducirá, por lo tanto los indicadores y mediciones a una fuerza comercial cambiarán notablemente. La tecnología será el gran aliado, para preservar la seguridad y el temor pos-pandemia (confiando en que se logrará muy pronto), donde la compra virtual será el decisor principal de la nueva economía. El cliente corporativo optará por decisiones fundamentales como el trabajo remoto, enfocándose en la salud y productividad sus colaboradores. En retail, el e-commerce definirá el patrón principal para la adquisición de bienes y servicios de primera y segunda necesidad y los clientes industriales deberán tomar decisiones orientadas a desglobalizar las cadenas de suministro para minimizar los riesgos inherentes.

Esta crisis nadie la tenía en sus planes, nos tomó por sorpresa en nuestras actividades personales y empresariales. Confío en la capacidad de reinvención que tenemos los colombianos como emprendedores por naturaleza y en esta coyuntura mundial, podamos no solo rentabilizar nuestras empresas, sino generar oportunidades de ingresos para todos, generar economía colaborativa.